lunes, 31 de marzo de 2008

Mi lugar favorito

Todo esto surge a partir de la idea de Carolina (¿Cuándo salimos?), al preguntarme ¿Cúal es tu lugar favorito?. Pregunta que no pude responder (hasta hoy).

En mi lugar favorito, nunca va a caer la lluvia al revés, las nubes no se abren muy seguido, pero me dejan ver el sol. Los triciclos de los heladeros no tienen alas y sé que nunca lloverán globopops. La tarde en mi lugar favorito se pasa lenta, pero muy rápidamente viendo a la gente pasar, de dos en dos y de 3 en tres, algunos pasan solos, pero otros quisieran pasar con ellos. Y yo a veces imagino que paso con ella y ellas, no todas a la vez, de una en una, para evitar problemas.

Podría estar todo el día ahi. La tierra no se abre para tragarse a los malos, casi siempre se traga a los buenos, la lluvia ácida nunca cae sobre mí, siempre cae sobre los otros. A mi mente se le da por correr en los alrededores. Estoy seguro de que nunca pasará algo en mi lugar favorito, porque sé que es mío, me gustaría compartirlo, decirles a todos donde está, pero ni yo mismo lo sé. Has pasado muchas veces por ahí.

En ese lugar, donde me siento a fumar, no caerán gotas ácidas, porque yo no lo quiero así. Pero tampoco quisiera que cayeras tú, porque ya no sería especial. No vas a poder llegar aunque te aferres a la idea más feliz que tengas pues, ni Petter Pan y tampoco Dios existen en mi lugar favorito. Aunque es incómodo estar sentado ahí, me encanta tanto estar, aunque un día esté tanto tiempo ahí que ya no me pueda levantar.

Dedicado a R2R, incondicional.

domingo, 16 de marzo de 2008

Complicado y aturdido

Siempre la veía sentada en el cafetín, con las piernas relajadas, no me animaba a hablarle, era demasiado bonita, podía pasarme una vida viéndola, contar cuántas veces se ríe, como desvía la mirada, cómo respira y cómo se movía su cabello cuando lo soltaba para amarrarlo de nuevo.

Un día, no me explico cuál fue el motivo, conversamos, no se de qué o qué, pero era agradable, en ese momento sentí unas ganas terribles de besarla, hasta ahora las siento.

Siempre le echaba un ojo, era como si fuera un niño, ella es distinta a todas las flacas que me han gustado, tal vez era algo mas romántico, tal vez por mi cabello desordenado o tal vez por su sonrisa, esa sonrisa que me hace pensar cada vez, que es muy dificil para mí, tratar de acercarme a ella, decidirme e invitarla a salir.

A veces las miradas se cruzan, no puedo evitar mirarla a los ojos, son tan grandes, son tan marrones, cálidos, transmiten una paz intranquila y una intranquilidad aún más inquietante que cualquier chisme de viejas aguantadas. Son tan frios, que pueden quemar todo el floro que hayas podido estudiar, para gileartela. Es demasiado raro, es callada pero es preciosa.

No sé exactamente desde cuando me empezó a gustar, tal vez sea desde ese dia que la ví en la peluquería, tal vez sea que por curioso, me cagué. Pero no aguanté las ganas de mirarla de reojo ¡mierda! Que bonita estaba, si hubiera tenido un cigarro en ese momento, a lo mejor se me habría caído.

Mientras me amoldaba todo comenzó a girar.