miércoles, 21 de mayo de 2008

Amiga ¿Bailas?

Eran casi las 4 de la mañana...

Ahí estaba yo, caminando lentito como todo un galán, pues no me quería caer, estaba algo tomado , llevaba saco, una camisa a rayas, blue jeans medio cuetones y mis zapatillas rojas,(¡Y no va a ser!), oliendo a licor y tratando de levantarme a alguna flaquita en un concurrido antro miraflorino. En eso recordé que (no, no recordé ni mierda tío), "pensé" en dónde se había metido el ilustrísimo señor "Pequinés Mayor" (reciente compañero de nocturnas aventuras y "come - fuga" frustrados), así que me dispuse a tratar de encontrarlo en un mar de gente con la cabeza caliente, sí "caliente y también algunos calentones", el olor del cigarro me hacia estornudar y los cuerpos moviéndose "sudando y sudando", me hacían pensar en... pero me estimo en lo que valgo y no quiero degenerar. Luego de unos minutos de inútil búsqueda me resigné, osea me llegó al "muchacho", y decidí hacer lo que que cualquier persona con más de 12 vasos de vodka haría sin dudar, quedarme a bailar hasta las 6 o 7 para poder tomar una combi y no tirarme "25 lukas" en un taxi hasta mi cueva,"todo sea por el dinero", ¡Alabaré!.

3:40 am o por ahí...
Una sonrisa se dibujó inmediatamente en mi rostro algo así "mira, mira :) " y vi una flaquita bailando sola,estaba buenaza,tenía unas...sí, de esas. Me dije a mí mismo "un no, no te va a hacer menos" y otra que también se me ocurrió "si me caga ella se la pierde", y muy motivado puse la mira en la señorita le dije (no tío, yo no digo "amiga. ¿bailas?", solo me pareció un buen titulo para el post) así que muy a lo limeñito y con buena onda le dije " sorry flaquita. ¿bailas?" a lo que respondió "claro", y noté que tenia las manos muy asperas, no me gustó pe, sé conciente pues varón. Así que decidí retirarme de la manera más cortés posible e inventando la excusa más estúpida y creíble a la vez :" este...voy al ñoba".

3:50 o tal vez un poquito más...
Luego de que mi suerte me diera la patada en el culo más dura hasta la fecha, y tras haber recibido unos cuantos "no, gracias" o "estoy bailando con mi amiga" y uno que otro "estoy cansada he bailado toda la noche" de las lechucientas féminas, una muchacha de pelo negro, muy agraciada accedió a mi humilde petición. Me llamo Eduardo, pero me dicen Piro, Piloto, Aviador etc. a lo que ella respondió; se ha perdido mi amiga, no se dónde está, llevo una hora exacta buscándola, pensé, "a la que hincha", fácil así son las mujeres, así que analizando la situación me ofrecí para ayudarla a buscar, cosa que así me ganaba unos puntos con la señorita y tal vez salía algo interesante...

Pasaron los minutos y no pasaron rápido
eran casi las 4:30 de la mañana y habíamos salido del local, el viento corría pero la noche estaba rica, sí, porque no corto ni perezoso aproveché para ir sacándole plan, anduvimos caminando por las calles de la avenida Larco, en un sábado sangriento, hacia frío así que decorosamente me quité el saco y se lo brindé en un gesto noble, claro está, yo me cagaba de frío, mientras ella calentita. Nos sentamos en una banca del parque Kennedy y nos pusimos a conversar, como conociéndonos un poco más, ¡Claro pe varón! ¡Tienes que avivarte! ¡Estas solo en el parque con una flaca!, ¡Yo mismo soy!.

Todas mis tácticas de aproximación habían fallado, estaba desesperado ¿Dónde está Carlos Alcántara cuando se le necesita? No sabía qué demonios hacer para generar un ambiente romanticón, ni siquiera traía mi mp3, para ir pegando cabecita con cabecita, como quien no quiere la cosa, no me quedaba nada, así que me resigné y pronuncié 4 palabras:
"¿vamos a comer alguito?" no se me había ocurrido otra huevada mejor, tal vez con el estómago lleno podría ser que pasara algo, pues. Era lo único que me quedaba, cortésmente, extendí mi brazo esperando recibir una sonrisa y un apapacho antes de comer ¿Qué carajos? no me quiere apapachar. Esto no va bien, ¿Qué hice mal? ¿Osea no me va a apapachar ni siquiera por haber sido todo un caballero?¿Por ser tan atento? recordé entonces las profundas y poéticas palabras de Stanley Ipkiss "Los tipos buenos nunca ganan". ¡Papalindo, ayuda pues!

Pasó el tiempo, terminamos de comer, apareció Andrea, su pata, y la dejamos en su telo. Comenté que me parecía demasiado loca la idea de vivir en un telo, pero a la vez muy interesante. Y de nuevo salimos a caminar.

Le pedí mi saco, nos sentamos, ya estaba amaneciendo y el frío de la madrugada me hizo darle el saco nuevamente, mientras las venas del amanecer me ponian la piel de gallina, "todo sea por la recompensa"cavilé cada vez mas convencido de que ésta no aparecería jamás y le hice un cumplido, no por querer parecer gilerito claro, ya estaba resignado y había aceptado mi suerte, sino porque me pareció que lo debía a hacer, "no pensé que fueras tan inteligente". ¿Que carajos?, creo que mi cerebro estaba en stand by, fue lo único que se me ocurrió. Comencé a verla de otra manera, noté lo bonita que era y lo calmada de su expresión, digo calmada, porque yo no estaría tranquila si fuera mujer, al tener en frente a un completo extraño que trata de acercarse desesperadamente, como si de eso dependiera su supervivencia o descendencia, de ahí en adelante, mis intentos se frenaron y me tranquilicé, empecé a soñar y a cabecear, sí, me estaba quedando dormido, compréndeme , lo justo. Temía que durante mi breve cabeceadita ella pudiera desaparecer y tal vez no la volvería a ver, así no es pe, así que dormía con un ojo abierto, el cual no puedo precisar, jojo lete.

Me desperté oyendo una voz media ronca, diciendo "esa es la combi, esa es la combi, vamos vamos", traté de digerir la saliva que tenia en la boca y limpiar la que estaba alrededor de ésta, ella habia cometido el peor error de su vida " me habia despertado", eso es algo que no te aconsejo hacer, pero no dije nada y obedecí sin titubear, como que al no hacerlo podría morir o tal vez, perder mi saco. Así que subimos, se sentó en uno de los lugares antes de llegar al fondo y ahí no más quedó. yo también ahí no más quedé dormido, parado, como imbécil. Nunca antes me había pasado, no había estado tan cansado antes. Me despertaba y mientras la veía dormir por momentos, "se me hacía mazamorrita la boca", las ojeras le caían increiblemente bien, y mi saco que le caía a modo de abrigo, le llegaba casi a las rodillas.

Recordé que temía cruzar la pista y lo adorable que eso me parecía, le daba un aire de inocencia espeluznante que me dejaba absorto, hacía que me sintiera contento, o más bien, "útil".

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